El Palacio de La Moneda, sede de los Presidentes de Chile. Fue construido en 1788, según planos del arquitecto italiano Joaquín Toesca (1745 - 1799). La fotografía muestra los escombros acumulados en el frontis del edificio presidencial. Imagenes de la destrucción que los bombardeos provocaron en La Moneda recién comenzaron a ser conocidas una década después del golpe militar.
"Nada deben temer los que tienen las manos limpias - dijo el Ministro del Interior General Oscar Bonilla - ¿Quién debe temernos? Muy pocos: el extremista que insiste en la violencia y que insiste en crear un estado que obliga a perturbar las actividades de la nación; el extranjero, que ha abusado de nuestra hospitalidad, matando o preparándose para matar a los chilenos, con el cual no tendremos consideración alguna. Lo perseguiremos hasta el final, porque ese extranjero tiene que saber que mientras haya un soldado nada sacará con eliminarlo con una bala asesina, porque diez correrán a recoger su fusil. También tiene que temernos el delincuente, el que ha abusado de un cargo, de una función, para cometer fechorías y actos que están penados por nuestra legislación".
"Nada deben temer los que tienen las manos limpias - dijo el Ministro del Interior General Oscar Bonilla - ¿Quién debe temernos? Muy pocos: el extremista que insiste en la violencia y que insiste en crear un estado que obliga a perturbar las actividades de la nación; el extranjero, que ha abusado de nuestra hospitalidad, matando o preparándose para matar a los chilenos, con el cual no tendremos consideración alguna. Lo perseguiremos hasta el final, porque ese extranjero tiene que saber que mientras haya un soldado nada sacará con eliminarlo con una bala asesina, porque diez correrán a recoger su fusil. También tiene que temernos el delincuente, el que ha abusado de un cargo, de una función, para cometer fechorías y actos que están penados por nuestra legislación".
Era el comienzo de los días del miedo, comenzaban los fusilamientos sin juicio previo, la aplicación de la ley de fugas. Primero fueron los campos de concentración, centros de detención, lugares de tortura, luego el exilio y los relegamientos a zonas extremas del país. Empezaban a construir un Chile nuevo, a su propio gusto y medida.
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